Hace mucho tiempo, antes de que me iniciara en el mundo de la aviación, sufrí una huelga de controladores aéreos franceses que nos dejó en tierra durante dos horas más de lo previsto. Recuerdo que la sensación que en ese momento embriagaba a todo el mundo era la de odio hacia esos seres que en esas torres del infierno. Desde esas torres decidían el futuro de las vacaciones de miles de personas que, como hormigas en el país de los gigantes, miraban impotentes como los seres diabólicos hacían y deshacían a su antojo para regocijo de sus congéneres.
Todo el mundo clamaba al cielo y maldecía, todas las personas hacinadas en el aeropuerto sabíamos a ciencia cierta que lo habían hecho sabiendo que empezaba el periodo de vacaciones y que únicamente querían fastidiar… lógico y normal. Entendamos que gracias a generaciones pasadas tenemos una cosa que se llama el derecho a huelga, y la huelga establece precisamente eso, protestar.
En el caso de que quisiera protestar porque mi profesión no me gusta, lo más lógico, no sería irme en medio de un monte un domingo a las 21:00 de la noche porque allí nadie se enteraría de mis protestas. Estoy de acuerdo con el hecho de que no deberían de trastocar las libertades de sus ciudadanos pero es que esa línea es muy delgada.
En aquel momento no entendía muy bien porque teníamos que esperar, ¡que los quiten y pongan a otros!, era el clamor popular. ¡Franceses tenían que ser! Era también una frase muy escuchada. Por supuesto había una serie de recuerdos de dudoso afecto hacia las progenitoras de los citados controladores, pero eso ya os lo imaginareis.
Según fui adentrándome en el mundo de la aeronáutica comprendí la complejidad del espacio aéreo y la cantidad de vidas que pasan por las manos de un controlador en un día. Además tuve la suerte de poder visitar el centro de control correspondiente al ATC de Barajas. Para los neófitos os inserto una fotografía donde se pueden ver delimitados los espacios aéreos. Sabed que cada uno de estos tiene un equipo distinto de profesionales que realizan su trabajo en función de las particularidades del espacio aéreo.
Cuando en 2010 saltó la crisis de los controladores aéreos en España y la gente se lanzó a por ellos como responsables máximos de la crisis de este país debido a sus sueldos, mucha gente decía que eran funcionarios y que como tal no tenían derecho a huelga, que además dado su sueldo no deberían de hacer huelga por vergüenza. Como muchos recordareis, el Gobierno, mediante decreto firmado por el ministro Ramón Jáuregui y refundado por el rey Juan Carlos I, ordenó la militarización del espacio aéreo y que efectivos del Ejército del Aire tomaran bajo su mando los centros de control de tráfico aéreo y las torres de los principales aeropuertos civiles. El 4 de diciembre, el Consejo de Ministros declaró el estado de alarma por un espacio de quince días, el máximo contemplado por la Constitución, siendo la primera vez que sucedía esto en España desde el restablecimiento de la democracia….ahí es nada.
Después de aquel suceso la enseñanza y muchas torres de control de los aeropuertos españoles comenzaron a privatizarse. Esto conllevó muchos cambios como la formación, estudiantes que vieron como de la noche a la mañana tenían que abonar entre 40 mil y 70 mil euros para acceder a la formación de controlador aéreo.
No entraré en detalles porque no es cuestión de aburrir a nadie, solo diré que después de 4 años largos, actualmente hay varias empresas que se han hecho con el control de las torres de control y que tienen trabajadores en sus plantillas que ejercen como controladores. Estas empresas, filiales de Ferrovial y otras compañías, son empresas privadas y los controladores ya no cobran sueldos astronómicos, sino más bien sueldos mediocres después de haber tenido que desembolsar cantidades ingentes de dinero. Y ahora, en su mayoría, son trabajadores de empresas privadas con derechos establecidos por la lucha de nuestros antepasados.
Es difícil comprender todos los sectores, como puede ser el caso de la enfermería y la medicina, la minería, la pesca y la agricultura pero el respeto debería de prevalecer siempre cuando algo se desconoce. Desde aquí lamento todas los problemas que la huelga del 8, 10, 12 y 14 de Junio puedan causar a los pasajeros pero apoyo a los amigos que tengo y tendré y me resigno ya que dentro de no mucho sé que me volverá a tocar sufrir una huelga, todo sea por los derechos adquiridos!
Buen vuelos y buen día.