Rompiendo candados…

En Alemania, o mejor dicho en Bremen, todavía no tienen tiendas de chinos como en España. Esas maravillosas tiendas donde puedes comprar todo para la casa, el coche, la bicicleta, la fiesta de cumpleaños, disfraces. Si existe, está en la tienda de los chinos. Una maravilla ya que cualquier cosa, como el candado de una bici, lo puedes encontrar en cualquier barrio de la capital. No defiendo que la calidad sea maravillosa pero por lo menos quitan del apuro y hasta en ocasiones cumplen con creces el cometido para el cual fueron comprados.

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Aquí lo que hay es EuroShop, una tienda que suele estar regentada por Bremenianos, donde puedes encontrar cosas de distinto tipo. El problema es que piensas que es un chino pero no, no tienen 200 tipos de destornilladores, tienen 3. No tienen una fuente para horno. No tiene una simple llave inglesa. No tienen de nada comparado con un chino.

Hace dos días, debido a la adquisición de una nueva bici por mi compi de piso, se compraron candados nuevos en el Euroshop. Las bicis las atamos en un árbol que está enfrente del portal y que es custodiado por un millón y medio, aproximadamente, de hormigas y bichitos de dudosa procedencia. Al atar las dos bicis parecía que nada podía fallar….ERROR!

Ayer, después de comer, al ir a por la bici para ir a la academia, me encontré con que la llave de uno de mis dos candados (el nuevo) no abría. Intente con todas las lleves abrir el condenado candado pero mi esfuerzo fue en vano y no me quedo más remedio que coger euroshop1el Tram que pasa por delante de casa y me deja a escasos 100 metros de la puerta de la academia. ¡Qué lujo! Diréis, pues sí, un lujo, de puerta a puerta, directo, sin tener que hacer transbordo pero con dos hándicaps. El primero, que no tiene climatización y cuando hace calor…. Ni la línea 5 del metro de Madrid hace 25 años olía así. El segundo, que si no tienes el abono tienes que pagar 2.60€ por trayecto, es decir que ir y volver a la academia me cuesta 5,20 euros, efectivamente, ¡un lujo!

Cuando volví de la academia cogí todas las llaves y me puse a comprobar una por una. Efectivamente el problema era que todas las llaves abrían un candado concreto, excepto dos llaves que no abrían nada. Solución, “Acércame la multiusos que algo de mi juventud recordaré”

¡¡A que cachondo de la fábrica de candados se le ocurrió cambiar las llaves de un candado!! Hay que reconocer que gracia tiene….

Había hecho pruebas hace tiecandado 2mpo intentado abrir un candado de los chinos de España por un problema de perdida de llaves y tardamos mucho tiempo. La solución final fue pedirle a unos de una obra una cizalla y a base de cortar y cortar cocandado 1n seguir liberar a la bici.

En este caso el candado no se resistió tanto, con la ayuda de un destornillador de los pequeños y después de 10 minutos de forzar el candando e ir desmontando piezas el candado se abrió. La escena de un español en el suelo forzando el candado de una bici en medio de una calle de Bremen era para verla! Qué pena que nadie me hubiera hecho una foto porque no hubiera tenido desperdicio.

En fin, a partir de ahora tendrá claro que la calidad de los artículos del chino es superior a la de los Bremenianos!! 🙂

Primera salida con los del curso de Alemán.

Pues sí, se venía venir y tenía que ser más pronto que tarde. La primera quedada con la gente del curso estaba al caer, se sentía en el ambiente que ya tocaba, la gente lo había comentado en más de una ocasión y sólo faltaba que alguien tomara la determinación de ser el primero en alzar la voz. Sorprendentemente no fue ninguno de los sirios, ni las griegas ni siquiera los dos españoles que estamos en el curso. Una de las dos profesoras, Olga, de descendencia Rusa pero residente en Bremen desde hace muchos años, fue la que propuso realizar una barbacoa el fin de semana.

La Torre de Babel al lado de lo que sucedió fue de risa. Los árabes empezaron hablar de hacer un día u otro en perfecto árabe, las rusas y las griegas en una mezcla de Ruso y griego, la búlgara se unía al grupo de los rusos, Olga la profesora hablaba ruso con ese grupo mientras que en su limitado nivel inglés intentaba responder a mis preguntas. Por otro lado hablábamos los españoles. La chica de la India miraba a todos con cara de flipada intentando descifrar que decía cada uno de ellos. Los árabes elevaban el tono de voz cada vez más e intercambiaban frases con nosotros en inglés con dejes de alemán. Las dos ucranianas, que hablaban para el cuello de sus camisas, como decía un profesor mío, no querían perder el hilo con las griegas, la búlgara y la rusa y se vieron obligadas, por primera vez en su historia creo yo, a elevar el tono de voz. En ese momento ya daba igual, los siete árabes habían ganado la batalla y solo resonaba la lengua del profeta mientras que el resto esperábamos a que la profesora pusiera, por fin, orden en aquella batalla dialéctica.

Finalmente la fecha se eligió en el único día en el que todos podíamos, el lunes 8 de junio al salir de la academia. ¡¡¡Un Lunes por la tarde barbacoa!!! Esto era como poner un partido de la liga de campeones un viernes por la noche. Como dice el refrán “donde fueres, haz lo que vieres”

Después de 25 minutos de alemán de parvulitos todo el mundo sabía lo que tenía que llevar. Cada uno su comida que después compartirá con los demás, ensaladas, carbón, la parrilla, etc y yo por supuesto me encargaría de la música, ya que no estaba muy dispuesto a estar escuchando durante varias horas al Chayanne de Alepo o el TechnoHouse de Ankara.

El día llegó y una vez más hubo debate sobre cómo ir, en mi caso era fácil, yo iría en mi bici hasta allí y me volvería en bici. La ida eran poco más de 10 minutos y la vuelta, un poco más lejos de lo normal, 40 minutos. Estaba claro que con el viaje de vuelta que tendría que hacer llegaría a casa habiendo hecho la digestión y casi con ganas de volver a cenar.

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Como fui con la bici llegué primero y me dio tiempo a darme una vuelta por el parque, con un lago rodeado de árboles y pequeñas playas, pistas de tenis, un campo de Golf… La hierba del campo de golf parecía pintada, era como si hubieran cogido el material que se utiliza para simular el césped en las maquetas de tren y lo hubieran ido colocando con sumo cuidado a lo largo de los hoyos del campo de golf. Deje la bici en un árbol y me acerqué para tocar y comprobar que efectivamente era hierba y no plástico, lo que formaba el terreno del campo. Como se nota que por aquí les llueve de lo lindo, al final y al cabo el verde se paga, que dice un asturiano amigo mío.

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Poco a poco la gente fue llegando y las dos mesas que ocupábamos se fue llenando de comida de todo tipo. Ensalada griega con queso feta, ensalada de pasta búlgara, humus, pan de pita, pequeños trozos de pan horneados con miel, pan alemán, ¡que delicia!

Al lado del fuego se había puesto la carne que cada uno de nosotros habíamos traído, brochetas con curry rojo, hamburguesas, pollo especiado, salchichas y patatas con salsa de yogur, no pude contar cuantas cosas distintas había pero era casi imposible probarlas todas.

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La velada fue perfecta, todo el mundo colaboró y en poco más de 20 minutos ya estábamos dando buena cuenta de toda la comida que había en las mesas. No hay nada como la comida para aunar distintas culturas y si la comida es buena, mejor que mejor.

Después de jugar al futbol, al frisbi y seguir haciendo más comida a la brasa, se decidió jugar al balón prisionero. ¡Qué recuerdos! Era uno de los deportes a lo que jugábamos en el colegio y fue el argumento de una serie de dibujos animados que se llamaban “La bola de Dan”. Hasta aquello fue perfecto y todo el mundo acabó participando.

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Eran ya casi las 20 y tocaba despedirse, tenía un largo camino por delante y mi bici no permitía circular con ella por la noche ya que se requerían luces para ello, de lo contrario la policía podría advertirte o multarte y no estaba dispuesto a jugármela gratuitamente.

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Fue una tarde distinta y divertida, de la que me llevaré un buen recuerdo para España y la que espero no sea la única barbacoa que hagamos.

Ruta de las Hadas… o de los cuentos de los hermanos Grimm (2ª Parte)

¡Por fin llegó el día de visitar el museo de los Hermanos Grimm! Me levanté feliz cual niño con balón de futbol nuevo. Estaba nervioso ya que, después de buscar mucha información por internet, descubrí que había ilustraciones de los propios hermanos Grimm de alguno de los cuentos. Además se podían leer las verdades historias y leyendas que tuvieron que ser modificadas, en beneficio de la integridad mental de los niños alemanes.

Bajamos a desayunar pensando con mucha hambre por mi parte, debido en su mayoría por las ganas de ir al museo. El desayuno fue el típico buffet de hotel, nada que destacar excepto que tenían naranjas naturales, algo que en Alemania es de agradecer dado que suelen ser caras. Cualquier parecido con las naranjas españolas era como los cuentos, pura fantasía. En fin, por lo menos mataba el gusanillo y la morriña.

hermanos Grimm estatuta

Después de comer más de lo que debiera, siempre me pasa en los buffet de desayuno, nos dirigimos en busca de nuestro VW Polo rojo puta (siento el adjetivo pero es que de verdad que era rojo puta). 6 minutos en coche hasta el museo.

Vamos a ver yo entiendo que el viernes 3 de Abril, Viernes Santo, celebrado por prácticamente todas las vertientes de la iglesia católica, el museo estuviera cerrado pero ¿qué un sábado de Semana Santa también lo cierres? ¡Por favor! No me lo podía creer, había trastocado por completo mis planes… y lo peor, mi ilusión.

ayuntamiento Alsted

Con la decepción como bandera de nuestro ánimo, nos dirigimos, con tiempo de sobra, hacia nuestro siguiente destino. Alsfeld. Este pueblo parece salida de una postal y, para muchos, es una de las localidades más bonitas de Alemania. Lo que más nos sorprendió fue el Ayuntamiento gótico, que es del siglo XVI y donde se puede apreciar la construcción típica de la zona con entramados de madera y base de piedra. También está el palacio renacentista Hochzeitshaus que es llamada la casa de las bodas y por supuesto la casita en la que se dice que vivía Caperucita Roja (Rottkäppchen en alemán). Después supimos que no es original de este pueblo, pero me imagino que por si es por ganar turistas que no quede.

Alsterd

Después de comernos un helado en una pequeña tienda italiana, fuimos en busca de una tienda de artesanía que en internet la ponían como la séptima maravilla. He de decir que si las expectativas son tan altas, al final, la impresión es menor. Es verdad que tenían miles de cosas, algunas bonitas y otras prácticamente desechables hasta como leña de chimenea, pero la verdad que la tienda era gigantesca, con pasadizos y pasillos que acababan en tejados de casas anexas al edificio principal. Después de recorrerla entera, y no haber encontrado nada, fuimos en busca de nuestro pequeño VW Polo para proseguir la aventura hacia Schwalmstadt.

tienda Kassel

De camino al coche encontramos, justo al lado del museo de los cuentos, por supuesto cerrado, una pequeño sapo con una corona…pobre príncipe encantado! Quizás llevara mil años esperando a un príncipe galante y apuesto y no a una princesa, como desde siempre se había presupuesto. Recordad que los cuentos se modificaban por aquello de la moral. No me lo pensé dos veces y bese al príncipe sapo esperando que el milagro se produjera.

sapo

No os diré si sucedió el milagro o no, solo diré que el Sapo no resultó ser amante de los príncipes…

En poco más de veinte minutos llegamos a Schwalmstadt. Ciudad dividida en dos partes. La parte antigua es espectacular. La antigua ciudadela crece en torno a una plaza de tamaño considerable donde pueden apreciarse edificios con más de 400 años. Alrededor de la pequeña ciudadela se mantiene intacto el foso que antaño protegía la ciudad de posibles ataques invasores. El agua fluye por el foso como si no hubiera pasado el tiempo y los puentes, hoy de cemento y hormigón, permiten el paso a vehículos y transeúntes ajenos a la historia que contemplan a diario.

Prácticamente la totalidad de los edificios seguían el mismo orden arquitectónico de entramado de madera, creando un ambiente de ensueño y de cuento. Además se conserva el antiguo fuerte y posterior cárcel en una de las riberas del rio y con acceso desde la plaza. Si vais por la zona no os lo podéis perder.

traje caperutcita Vidriera

Después de internarnos en el museo de Caperucita Roja nos enteramos de que el cuento está basado en el traje típico de la zona, bastante menos glamuroso que el del cuento, y que venía por una pequeña historia que se contaba a las niñas para que no se fueran con extraños, representados en la figura del lobo. El museo en si no tiene mucho sobre el cuento pero sí sobre las costumbres, trajes típicos evolución de la comarca. Aperos y husos antiguos, mapas y sobre todo el edificio donde se ubica, con algunas vidrieras dignas de ser fotografiadas y algunos carteles de casas con más de 400 años.

Capertucita

La parte más nueva tiene menos que ofrecer si no fuera porque ahí se encuentran las estatuas de caperucita y el lobo y de un cuento que recuerdo con especial cariño. El cuento de los 7 cabritillos.

Hay partes de la memoria que creo que se ven dañadas con el paso del tiempo y que los recuerdos que se guardan se ven alterados o seccionados manteniéndose sólo fragmentos. En mi caso hay fragmentos de esta memoria que tienen una potencia superior al resto, el problema es que son recuerdos parciales de, imagino, historias muchos más largos. La historia de los siete cabritillos la tengo a fuego grabada en mi cabeza por un recuerdo de mi querida abuela Isabel que nos contaba ese cuento a los tres hermanos. No recuerdo donde, ni como era de largo, solo recuerdo el sonido y la cara de la yaya imitando a la madre de los cabritillos cuando le sacaba a sus hijos y le metía piedras en la barriga mientras dormía.

cabritillos

Que ilusión me hizo encontrar la estatua que honraba este cuento, más incluso porque desconocía de su existencia y la sorpresa fue enorme. Sin duda uno de los mejores recuerdos del viaje que en su momento guardé para mí y que espero que no se fragmente, con el paso del tiempo, en mi memoria.

Última parada del día antes de volver a Kassel, Bad Wildungen, allí hicimos una visita rápida al castillo de Friedrichstein, dónde nació la leyenda que decía una joven princesa murió allí envenenada y rescatada por siete encantadores seres del bosque, preludio de Blancanieves y los siete enanitos. El centro histórico es muy bonito, fácil de recorrer a pie, pero al ser sábado el castillo había cerrado muy pronto y nos quedamos sin poder visitarlo. Una pena ya que por fuera prometía bastante aunque nosotros estábamos ya muy cansados y la pena fue un poco menor dado que nuestros pies podrían descansar al fin.

castillo

Esa noche no hubo cena homenaje y dos sándwiches regados con cerveza fueron una cena más que justa para poder echarnos a dormir cuanto antes. Al día siguiente los cuentos seguirían fluyendo y teníamos por delante a Rapunzel, el bosque encantado y por supuesto la cena homenaje que teníamos planteada.

De controladores y controlados

Hace mucho tiempo, antes de que me iniciara en el mundo de la aviación, sufrí una huelga de controladores aéreos franceses que nos dejó en tierra durante dos horas más de lo previsto. Recuerdo que la sensación que en ese momento embriagaba a todo el mundo era la de odio hacia esos seres que en esas torres del infierno. Desde esas torres decidían el futuro de las vacaciones de miles de personas que, como hormigas en el país de los gigantes, miraban impotentes como los seres diabólicos hacían y deshacían a su antojo para regocijo de sus congéneres.

Torre Ibiza

Todo el mundo clamaba al cielo y maldecía, todas las personas hacinadas en el aeropuerto sabíamos a ciencia cierta que lo habían hecho sabiendo que empezaba el periodo de vacaciones y que únicamente querían fastidiar… lógico y normal. Entendamos que gracias a generaciones pasadas tenemos una cosa que se llama el derecho a huelga, y la huelga establece precisamente eso, protestar.

En el caso de que quisiera protestar porque mi profesión no me gusta, lo más lógico, no sería irme en medio de un monte un domingo a las 21:00 de la noche porque allí nadie se enteraría de mis protestas. Estoy de acuerdo con el hecho de que no deberían de trastocar las libertades de sus ciudadanos pero es que esa línea es muy delgada.

En aquel momento no entendía muy bien porque teníamos que esperar, ¡que los quiten y pongan a otros!, era el clamor popular. ¡Franceses tenían que ser! Era también una frase muy escuchada. Por supuesto había una serie de recuerdos de dudoso afecto hacia las progenitoras de los citados controladores, pero eso ya os lo imaginareis.

Según fui adentrándome en el mundo de la aeronáutica comprendí la complejidad del espacio aéreo y la cantidad de vidas que pasan por las manos de un controlador en un día. Además tuve la suerte de poder visitar el centro de control correspondiente al ATC de Barajas. Para los neófitos os inserto una fotografía donde se pueden ver delimitados los espacios aéreos. Sabed que cada uno de estos tiene un equipo distinto de profesionales que realizan su trabajo en función de las particularidades del espacio aéreo.

ATC

Cuando en 2010 saltó la crisis de los controladores aéreos en España y la gente se lanzó a por ellos como responsables máximos de la crisis de este país debido a sus sueldos, mucha gente decía que eran funcionarios y que como tal no tenían derecho a huelga, que además dado su sueldo no deberían de hacer huelga por vergüenza. Como muchos recordareis, el Gobierno, mediante decreto firmado por el ministro Ramón Jáuregui y refundado por el rey Juan Carlos I, ordenó la militarización del espacio aéreo y que efectivos del Ejército del Aire tomaran bajo su mando los centros de control de tráfico aéreo y las torres de los principales aeropuertos civiles. El 4 de diciembre, el Consejo de Ministros declaró el estado de alarma por un espacio de quince días, el máximo contemplado por la Constitución, siendo la primera vez que sucedía esto en España desde el restablecimiento de la democracia….ahí es nada.

Después de aquel suceso la enseñanza y muchas torres de control de los aeropuertos españoles comenzaron a privatizarse. Esto conllevó muchos cambios como la formación, estudiantes que vieron como de la noche a la mañana tenían que abonar entre 40 mil y 70 mil euros para acceder a la formación de controlador aéreo.

No entraré en detalles porque no es cuestión de aburrir a nadie, solo diré que después de 4 años largos, actualmente hay varias empresas que se han hecho con el control de las torres de control y que tienen trabajadores en sus plantillas que ejercen como controladores. Estas empresas, filiales de Ferrovial y otras compañías, son empresas privadas y los controladores ya no cobran sueldos astronómicos, sino más bien sueldos mediocres después de haber tenido que desembolsar cantidades ingentes de dinero. Y ahora, en su mayoría, son trabajadores de empresas privadas con derechos establecidos por la lucha de nuestros antepasados.

puesto de mando miranda de ebro

Es difícil comprender todos los sectores, como puede ser el caso de la enfermería y la medicina, la minería, la pesca y la agricultura pero el respeto debería de prevalecer siempre cuando algo se desconoce. Desde aquí lamento todas los problemas que la huelga del 8, 10, 12 y 14 de Junio puedan causar a los pasajeros pero apoyo a los amigos que tengo y tendré y me resigno ya que dentro de no mucho sé que me volverá a tocar sufrir una huelga, todo sea por los derechos adquiridos!

Buen vuelos y buen día.

Una de muchas anécdotas

Siempre que me quedó estudiando aprovecho para pasar por el REWE y hacer la compra del día o lo que falte de la casa. Hasta hoy siempre me había entendido bien con las cajeras del supermercado y nunca se me había quedado cara de Paco Martinez Soria al escuchar a las suecas. Pues todo llega en esta vida, y a mí me llegó hoy.

REWE

Algo tenía que haber pasado con la tarjeta de crédito del chico que me precedía en la fila para pagar ya que, la cajera, tuvo que llamar al encargado por teléfono (o eso creo que entendí yo). El caso es que, en la conversación que habían mantenido los dos protagonistas, algo le preguntó acerca de una tarjeta de descuento, y yo me quedé pensativo intentando analizar que sería exactamente lo que le había dicho al muchacho.

Adolfo

Era mi turno, me tocaba pagar. Hallo!(un clásico) y a partir de ahí todo consiste en intentar entender los números que me diga y corroborarlos en la pantallita de la caja. Pues esta vez no amigos, la mujer me pregunto algo a lo que yo le respondí con un “Bitte?”, que viene a ser algo así como un “¿mandé?” en castellano antiguo pero en fino. La mujer muy amable lo volvió a repetir más rápido todavía, por aquello de ser graciosa supongo. Dado que no la entendí absolutamente a nada dije “Nein”, que me imagino que sabréis que es “no”, porque me pareció que tenía algo que ver con alguna tarjeta de descuentos y por si acaso, mejor no que luego arrepentirse. Ya estaba hecho, otra compra perfecta….. Ojalá! Cuando la mujer me dio el cambio me soltó una retaila en alemán que me recordó a los videos de un tal Adolfo, el del bigote ridículo, delante de varios de sus miles de amiguitos. Mi cara tuvo que ser un poema porque la mujer, muy amable de nuevo, siguió hablando más rápido si cabe. Mi reacción fue lógica “Tschüss” (es decir, algo así como hasta lueguito versión Ned Flanders), me di la vuelta y salí por la puerta por si acaso pensaba que iba a mantener una conversación coherente con ella…

ned flanders

El próximo día que me pase lo tengo claro, le diré que si están amable que me lo repita en inglés porque si no mi cara seguirá siendo la misma que la de Paco Martinez Soria.