Europa se desangra….

Hace mucho tiempo, un día que mi madre me recogió en coche para llevarme a casa, charlando sobre lo humano y lo divino, salió el tema de la invasión francesa y de cómo le habría ido a España de haber permanecido bajo la batuta de un estado cuyos principios son liberté, égalité, fraternité. Mi señora madre, estudiosa por decisión propia de la Historia de nuestra era, me dijo tajantemente que posiblemente nos hubiera ido mejor de haber sido otro el destino de España.

Tiempo después, en una comeuropaida de un día de las fiestas del pueblo, volví a preguntárselo, ya que es algo que me sorprendió en su momento. La respuesta de mi madre no cambió, mis palabras, misma explicación e incluso mismo tono. Estaba convencida de ello.

Con el tiempo, y debido a que parte de mis conocidos y amigos se dedican a la economía, me interesé en conocer, de manera superficial pues tengo mejores cosas que hacer, los entresijos del porqué de muchas decisiones del ámbito económico. Sobre todo lo relacionado con la parte que afectaba a la unión europea, ya que desde su fundación, me considero un ferviente creyente de que la idea de la unión europea es el mejor invento del siglo XX.

Aunque en la universidad estudiará economía, micro, macro, estadística, contabilidad y un largo etcétera de asignaturas de carácter similar, nada se parece a lo que luego ves que se aplica en el mundo real. Si lees un artículo acerca de la quita griega, el rescate a Irlanda, la deuda de España, todo se resume a una única palabra. CONFIANZA.

¿Cómo es posible que el destino económico de millones de personas se fije por la confianza que 27 variables tengan sobre 10 variables? SI se traslada a la matemáticas sería como intentar saber qué resultado tendrán 25 millones de variables en función de dos pares de subconjuntos (X,Y) con subíndices limitados. Es imposible. Por mucho que insistan en previsiones, en modelos macros, en tendencias, no se puede saber.

Si seguís un poco la bolsa enseguida ves cómo funciona. De lunes a miércoles todos los periódicos hablaron de la crisis de China y de cómo su bolsa había bajado muchísimo, de que las empresas estaban a coste de ganga para comprar. EL miércoles el gobierno chino paraliza la cotización de una cuentas empresas, inyecta una suma ridícula en comparación de lo perdido y ya tienes un montón de gente que en dos días metió tanto dinero en Chino que produjo la mayor subida del índice desde 2008.

Exactamente lo mismo que pasó con las bolsas europeas. El jueves y el viernes todo el mundo decía que el pacto con Grecia era seguro. ¡Todo el mundo a comprar!. ¿Por qué? Por la confianza, ni más ni menos. No es porque las cosechas este año fueran mejores, ni porque la producción de coches subiera con una reducción de sus costes de producción, ni mucho menos porque el tifón que arrasó China dijera que se iba a desviar. Esto se produjo porque 100 variables o menos, incluso, dijeron que el pacto estaba hecho, que no habría problemas.

Desde un punto de vista práctico no entiendo qué problema hay con que Grecia no pague. Si alguien te debe 10 pesetas y para que te las pague le tienes que dejar otras 100, para eso mejor perder 10 pesetas y ahorrarte la duda de recuperar 90 pesetas. Es lógica aplastante. No entiendo entonces porque se empeñan en que los griegos aumenten una deuda que no pueden pagar, con unos inunion europeatereses que superan la usura y bajo unas condiciones de risa. Si realmente tuvieran miedo de que no pagaran actuarían como lo habría hecho cualquier usurero, pesetero o prestamista que se precie de serlo.

A lo mejor la solución es prestarle 200 y que te lo devuelva con la mitad de intereses en el doble de tiempo, pero dándole el dinero por semanas o meses, como hacían mis padres cuando era pequeño. Así todo el mundo estará tranquilo, porque con 200 pesetas Grecia, además de subsistir, podrá crecer y por ende pagar su deuda.

¿Qué porqué comentaba la reflexión que hacía mi madre? Porque cuando España estuvo en la cuerda floja económica, Francia fue su valedor. Porque fue Francia la que ayudó a Ecuador a refinanciar la deuda extranjera que tenía y porque ahora Francia, es la que está apostando más fuerte por Grecia, porque confía en que si Grecia abrió las puertas a la inversión europea, también será capaz de asumir su responsabilidad.

Europa se desangra, para regocijo de muchos. El problema real no es Grecia, el problema es de base. Cuando no es España aparece Portugal, Irlanda, Italia, Grecia… Existe un problema porque no hay cohesión y porque Europa es un continente que, durante el Siglo XX, y manera cíclica, se suicida como corderos dirigidos por el gran becerro Alemán. Primero fue la guerra del 1914 (Primera Guerra Mundial, que Alemania perdió). Después vino la segunda guerra mundial, que también perdió. Sin lugar a dudas, desde hace varios años, estamos asistiendo a la tercera autodestrucción de Europa, otra vez bajo la dirección de Alemania, solo que está esta vez el nazismo viene de la mano de la economía y la desconfianza.

Amigos reencontrados tras el muro de Berlin

Cuando era pequeño, como alguna vez os comenté, jugaba al baloncesto en el equipo del colegio. De esta etapa de mi vida, sin duda, guardo muy bueno recuerdos. Gracias al esfuerzo de todos y cada uno del grupo, sigo viendo a los que, un dia, fueron mis compañeros de pupitre.

  

 
Con el tiempo, y segun la edad iba alcanzandonos año tras año, varios de mis compañeros partieron de España al igual que yo he partido ahora. Entre Australia, Estados Unidos, Canadá y Francia, los amigos se fueron marchando para volver al cabo de un tiempo. Actualmente solo habia uno que se fue hace ya 2 años y medio en busca de una aventura parececida a la mia y que todavía no había regresado. 

Amigo de la infancia, compañero en el equipo de baloncesto durante un tiempo, informático y músico, hombre polifacético en todos los sentidos. Willy se fue a vivir a Berlin y todavia le debía la visita. Habíamos compartido equipo de baloncesto, monopatin, colegio, viajes e incluso algunas otras cosas inconfesables que quedaran en nuestra memoria…

  
Este fin de semana es puente en Alemania. 25 de Mayo «Pfingstmontag». Asi que tenía la excusa perfecta para poder regresar a aquella ciudad que nos maravilló a mi querido amigo Lelas y a mi en el último interrail que realizamos juntos. 
Como a todo el mundo, existen ciudades que te enganchan y otras que te dejan indiferente, en mi caso, al igual que en el de muchos más, Berlín me cautivó por ser la capital europea en todos los sentidos. Posiblemente por esto exista un blog que se llama berlunes, en el que el sobretítulo reza… «Vosotros teneis Mallorca, nosotros Berlín» esta simple frase, en modo de ironía simpática, engloba de una manera perfecta una realidad que recoge, no solo a españoles sino, a muchos más paises que tienen en Berlin uno de los principales focos a la hora de elegir destino para abandonar su pais. Al recorrer la ciudad ya sea en bus, tranvía, metro o andando, la lenguas que uno reconoce van del español al turco, pasando por el inglés y el francés con un sonido de fonde común, el alemán. Estoy convencido de que tiene que ser más facil encontrarse a alguien conocido en Berlín que en Mallorca.

  
Despues de un viaje accidentado en autobus desde Bremen, que algún  día os contaré, llegamos a Berlín más cansados de lo que inicialmente preveíamos y con menos tiempo del que teníamos en mente, esto hizo que no pudiera quedar con mi buen amigo la primera noche.

  
Despues de dormir en el hotel-motel más extraño en el que he estado en mi vida fuimos hacer el free tour, visitar la universidad, el monumento a las vicitmas de la tiranía, etc hasta que por fin, a las 15:00 de la tarde quedamos a comer con Willy, hora española perfecta para comer que a lo alemanes no acaba de convencerles. Por fin realizaría la visita pendiente despues de tanto tiempo. La conversación podría haber sido el preludio de un libro llamado «diferencias entre España y Alemania. Historias de Bremen y Berlin». 

Que buen es esto de volver a ver a los amigos que tienes lejos porque, aunque hayan pasado meses desde la ultima vez que nos habíamos visto, la confianza y complicidad sigue intacta y los recuerdos de la infancia afloran relucientes para volver a dibujar una sonrisa en mi cara como en aquella visita a Hamburgo de la que que os hablé no hace mucho.