Amigos reencontrados tras el muro de Berlin

Cuando era pequeño, como alguna vez os comenté, jugaba al baloncesto en el equipo del colegio. De esta etapa de mi vida, sin duda, guardo muy bueno recuerdos. Gracias al esfuerzo de todos y cada uno del grupo, sigo viendo a los que, un dia, fueron mis compañeros de pupitre.

  

 
Con el tiempo, y segun la edad iba alcanzandonos año tras año, varios de mis compañeros partieron de España al igual que yo he partido ahora. Entre Australia, Estados Unidos, Canadá y Francia, los amigos se fueron marchando para volver al cabo de un tiempo. Actualmente solo habia uno que se fue hace ya 2 años y medio en busca de una aventura parececida a la mia y que todavía no había regresado. 

Amigo de la infancia, compañero en el equipo de baloncesto durante un tiempo, informático y músico, hombre polifacético en todos los sentidos. Willy se fue a vivir a Berlin y todavia le debía la visita. Habíamos compartido equipo de baloncesto, monopatin, colegio, viajes e incluso algunas otras cosas inconfesables que quedaran en nuestra memoria…

  
Este fin de semana es puente en Alemania. 25 de Mayo «Pfingstmontag». Asi que tenía la excusa perfecta para poder regresar a aquella ciudad que nos maravilló a mi querido amigo Lelas y a mi en el último interrail que realizamos juntos. 
Como a todo el mundo, existen ciudades que te enganchan y otras que te dejan indiferente, en mi caso, al igual que en el de muchos más, Berlín me cautivó por ser la capital europea en todos los sentidos. Posiblemente por esto exista un blog que se llama berlunes, en el que el sobretítulo reza… «Vosotros teneis Mallorca, nosotros Berlín» esta simple frase, en modo de ironía simpática, engloba de una manera perfecta una realidad que recoge, no solo a españoles sino, a muchos más paises que tienen en Berlin uno de los principales focos a la hora de elegir destino para abandonar su pais. Al recorrer la ciudad ya sea en bus, tranvía, metro o andando, la lenguas que uno reconoce van del español al turco, pasando por el inglés y el francés con un sonido de fonde común, el alemán. Estoy convencido de que tiene que ser más facil encontrarse a alguien conocido en Berlín que en Mallorca.

  
Despues de un viaje accidentado en autobus desde Bremen, que algún  día os contaré, llegamos a Berlín más cansados de lo que inicialmente preveíamos y con menos tiempo del que teníamos en mente, esto hizo que no pudiera quedar con mi buen amigo la primera noche.

  
Despues de dormir en el hotel-motel más extraño en el que he estado en mi vida fuimos hacer el free tour, visitar la universidad, el monumento a las vicitmas de la tiranía, etc hasta que por fin, a las 15:00 de la tarde quedamos a comer con Willy, hora española perfecta para comer que a lo alemanes no acaba de convencerles. Por fin realizaría la visita pendiente despues de tanto tiempo. La conversación podría haber sido el preludio de un libro llamado «diferencias entre España y Alemania. Historias de Bremen y Berlin». 

Que buen es esto de volver a ver a los amigos que tienes lejos porque, aunque hayan pasado meses desde la ultima vez que nos habíamos visto, la confianza y complicidad sigue intacta y los recuerdos de la infancia afloran relucientes para volver a dibujar una sonrisa en mi cara como en aquella visita a Hamburgo de la que que os hablé no hace mucho.