La cocina no es igual…

Puedo prometer y prometo que todos los días me hago la comida y la cena” Excepto lo miércoles de pizza y cerveza, claro está. Desde la primera vez que me fui a vivir con mi amigo Alberto siempre he cocinado en casa, incluso estando en casa de mis padres, muchas veces cocinaba.

Recuerdo, de pequeño, hacer tartas de manzana, bizcochos y tortillas francesas con mi madre. Supongo que en ese momento, y soportado siempre por una familia que ama la cocina hasta límites insospechados (que os voy a decir que no sepáis…), la cocina siempre ha sido una parte fundamental en mi vida. Es justo decir que no sólo en mi caló hondo la cocina, ya que, de los integrantes de mi familia posiblemente sea el que menos arte tiene en ella. Esto es consecuencia lógica de no seguir a pies juntillas las recetas y acabar intentando innovar, unas veces con suerte y otras veces con menos.

pimenton

En los viajes de amigos, reuniones de navidad y demás eventos lúdico festivos, siempre he querido cocinar para la gente con la que me encontrara, siempre se ha dicho que el cocinero disfruta de viendo comer primero, y comiendo después.

Como no iba a ser de otra manera, aquí en mi querido y “tiempocambiante” Bremen, he seguido con esa tradición, bien haciendo la comida o experimentado los martes o los jueves por la tarde que son las ratos que en mi apretadísima agenda tengo una rato libre.

patatas

De momento el número de creaciones, que han salido de la cocina, han sido pocas. De esta lista, lógicamente, quito todas aquellos arroces, pastas, ensaladas y demás comidas de diario ya que no llevan más de media hora y no merecen estar en esta lista. El problema raíz es la materia prima, y me explico. Tienen zanahorias, un poco más caras que en España, pero tienen. El problema es que las de un sitio no saben a nada y las de otro se transforman, al segundo día, en chicles de zanahoria de piel oscura. Los pimientos, aparte de ser caros, brillan tanto que parecen pimientos de cera para una cesta de decoración o un bodegón. Las cebollas no hacen llorar, algo que parece que resta sabor y no llega redondear el plato como debiera. De la fruta se salvan las manzanas , algunas piñas y las cerezas, siempre a un precio superior. Del resto de la fruta no quiero hablar porque es muy feo llorar mientras se habla.

Aun así sigo decidido en cocinar con lo que hay, al fin y al cabo es lo interesante y donde realmente se puede aprender.

 calabacin

El otro día hicimos una musaka vegetariana. Sustituimos el cordero por zanahoria, patata, champiñones, tomate y calabacín, manteniendo la berenjena como soporte. Cocine previamente todas las verduras e incluso puse la berenjena con sal para quitar el amargor antes de cocinarla. La bechamel la sustituimos por la típica salsa de yogurt griego, queso feta y huevo. He de decir que a la sala le añadí un toque de pimentón de la vera (regalo guardado con cariño desde España). Lo mejor del plato fue la salsa sin lugar a dudas. La berenjena se quedó demasiado blanda para mi gusto, y el calabacín tenía más agua que el Nilo. Ni mucho menos estaba mala pero olía mejor que sabía.

 champiñones

Hace poco hicimos dos bizcochos, uno de limón y vainilla y el otro de zanahoria (que me estoy comiendo ahora mismo). El de limón, medio artesanal medio artificial, no quedo mal del todo, ligeramente apelmazado pero tenía buen sabor. Al de zanahoria le paso como a la musaka, tenía mejor pinta y olía mejor de lo que sabía.

salsa griega

Por supuesto que la receta del bizcocho de zanahoria fue modificada y le añadí un poco de canela, y menos mal, porque las zanahorias han dado solo el color al plato y, aunque es verdad que el sabor a zanahoria no suele notarse mucho en este tipo de bizcocho, si al probarlo os dijera que es de palitos de cangrejo me hubierais creído.

musaka (2)

La prueba de lo que comentaba es que este bizcocho lo hice varias veces tanto en casa de mis padres como en mi propia casa y en ninguna de esas ocasiones supo menos a zanahoria. Lo tengo grabado a fuego en la cabeza, Cuando vuelva compraré zanahorias y haré un bizcocho para comprobar si efectivamente los recuerdos son ciertos o son solo fruto de una subconsciente que empieza a echar de menos España y manda señales confusas a mi cerebro para que no se le olvide de donde proviene y a donde pertenece.

Bizcocho

Kuss aus Spanien

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